A los 87 años, el lunes 25 de julio de 2016 falleció el destacado economista santiagueño Julio Olivera.
Nacido en Santiago del Estero en 1929 y multipremiado, era profesor emérito en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, universidad de la que fue Rector desde fines de 1962 hasta marzo de 1965.
No era de los economistas argentinos más conocidos fuera del ámbito específico, pero sí era uno de los más respetados en el mundo y de los más conocidos fuera del país. Varias veces fue llamado por el Comité Asesor de Economía de la Academia Real de Suecia para definir las candidaturas al Nobel de su especialidad.
Entre otros reconocimientos, recibió los Konex de Brillante en Humanidades en 2006, el del jurado en 1996 y el de Platino por Teoría Económica en 1986. Además de otros títulos honoríficos, recibió del entonces presidente de Francia Charles De Gaulle el de Commandeur des Palmes Académiques.
Fue nombrado Profesor Honoris Causa de la UCSE en el año 1991.
“Está considerado uno de los mentores del estructuralismo latinoamericano, aunque desde una vertiente alejada de los elementos políticos o ideológicos, y caracterizada por el rigor analítico y el empleo de instrumental matemático. En el ámbito del pensamiento económico de Argentina tuvo especial influencia su modelo no monetario de inflación, presentado en 1964”, lo describe su perfil en los Konex.
Entre otros temas, analizó el impacto de la inflación en la recaudación en su libro “Money, Prices and Fiscal Lags”, de 1967; la investigación fue continuada por el italiano Vito Tanzi. Así, lo que en economía se conoce como el efecto “Olivera-Tanzi” describe una situación en la que, básicamente, la inflación provoca un déficit fiscal creciente debido a que los gastos del Estado aumentan al ritmo de los precios, mientras que la suba en la recaudación por efecto precios va por detrás de esos incrementos.
Olivera era doctor en Derecho y Ciencias Sociales (UBA); y miembro, entre otras, de la Académie Internationale des Sciences Politiques de París-Ginebra), de las Academias Nacionales de Ciencias Económicas, de Derecho y Ciencias Sociales, de Ciencias de Buenos Aires, de la de Ciencias de la Empresa, y de la Asociación Argentina de Economía Política en la que había sido designado “presidente honorario” en homenaje a su trayectoria.
Fue investigador y profesor invitado, entre otras, en las universidades de Chicago y Göttingen, asesor de la CEPAL, ministro de Asuntos Económicos de San Luis, subgerente general del Banco Central y secretario de Ciencia y Tecnología de la Nación. Escribió siete libros y más de doscientos artículos académicos.