Sofía Abregú, estudiante de la Licenciatura en Relaciones Internacionales de la sede Jujuy de la Universidad Católica de Santiago del Estero, regresó hace días de concretar el sueño de realizar un intercambio académico que la llevó a residir un año en Passau (Alemania), conocida como la ciudad de los tres ríos, pues por allí confluyen el Danubio el Eno y el Liz. En ese lugar experimentó aspectos impensados de otra cultura, conociendo y compartiendo momentos inolvidables con compañeros y compañeras de distintos países del mundo.
A sus 21 años Sofía comenta cómo surgió su interés por estudiar en el extranjero: “para mí fue algo extraordinario ver a chicos de otro lado del mundo en mi colegio y eso despertó mí, curiosidad de saber que es posible que chicos de otros países podían venir a nuestro país, como yo podía ir también y conocer otras personas, culturas e idiomas”.
Al no poder realizarlo en la secundaria, Sofía encontró en la página de su universidad la posibilidad de llevar a cabo un intercambio en Passau. “Se necesitaba cumplir una serie de requisitos, tener todo el primer año de la carrera aprobado, un promedio mínimo de 8 en las materias, ser alumno regular y saber el idioma” explica. En este camino tuvo la ayuda de Marta Najarro, Vicedirectora de la UCSE Jujuy y el vicerrector de la Universidad, Luis Guantay.
Decidido el viaje y aceptada por la universidad de destino, Sofía viajó todos los fines de semana a Salta para estudiar alemán, el gran desafío.
“El convenio consistía en darme la posibilidad de movilidad estudiantil, podía rendir materias y la matrícula se me reconoció todo el año que estuve allá […] La Universidad ya realizaba intercambios pero solo desde la sede de Santiago del Estero, yo fui la primera de la UCSE Jujuy” nos explicó.
Al llegar se hospedó en la residencia que ofrece la universidad y realizó un programa de orientación para alumnos extranjeros donde presentan a las autoridades, profesores y la modalidad de cursado. Respecto a las evaluaciones, Sofía dice “El sistema de exámenes consistía de 30 a 45 minutos, 8 a 9 hojas de exámenes con preguntas de opciones múltiples y luego de 8 a 9 preguntas abiertas. Existe una sola oportunidad de examen y después de dos veces que no pases el mismo, quedas afuera de la universidad”.
Su experiencia de cursado consistió en dos semestres (semestre de verano y semestre de invierno,) pudiendo cursar de manera libre sin seguir un programa pero correspondiente a la carrera que cada alumna escogió.
La jujeña, a la vez que cursaba y estudiaba, también dedicó tiempo a conocer jóvenes con experiencias similares, aprendiendo de nuevas culturas e intercambiando con cada uno de ellos. “Íbamos a la ciudad, hacíamos barbacoas, escuchábamos música pero por sobre todo hablábamos todo el tiempo para conocer la otra cultura”. No solo aprendió de Alemania, sino que instaló a Jujuy y Argentina en la agenda de aquellos adolescentes, socializando nuestras costumbres. “LLevé el poncho, el mate, y la bandera de argentina. Querían saber cómo se hacía el mate, por qué la bandera argentina tenía los colores celeste y blanco, el símbolo del sol. Son detalles que uno viviendo en su país lo pasa por alto pero otro al querer conocer tu país, hace que lo valores más” comenta.
Laz estudiante jujeña viajó por distintos puntos de Europa con la universidad, con amigos y sola para descubrir ella misma cada rincón. Conoció Praga, Hungría, Eslovaquia, Austria, Irlanda, Dinamarca, Reino Unido, Polonia, Rusia y Roma donde pudo ver al Papa Francisco.
El sueño de Sofía aún sigue creciendo y latiendo muy fuerte aún. “Me encantaría poder hacer otro intercambio, este es mi último año de carrera de la Licenciatura en Relaciones Internacionales. “Mi idea es ir buscando oportunidades para encontrar una beca o ir trabajando en eso para aplicar y hacer un máster en diplomacia en una escuela irlandesa, en Reino Unido o España dentro de dos años y luego volver a Argentina para entrar en el servicio exterior de la Nación” reflexiona dedicida.
Sociable y desenvuelta brinda un mensaje para todos aquellos que tienen sueños. “Nunca es tarde para ningún sueño, ningún objetivo que vos quieras realizar en tu vida. Estar en Passau era muy motivador y el día a día fue un aprendizaje a nivel personal, uno crece más, aprende a resolver rápido los desafíos que se te presentan en ese momento. El intercambio era un sueño que llegó y gracias a mi familia que me apoyó desde el primer momento. Sea cual sea el objetivo de todos, no hay tiempo límite para cumplirlo, siempre que uno tenga motivación, voluntad y perseverancia logrará cumplir su sueño”.